La rumba gay en lo que alguna vez fue un teatro

Al otro lado de las puertas habíamos cerca de 150 personas que esperábamos ingresar al lugar, aunque ya faltaba poco menos de una hora para que fuera media noche. El frío de la capital se intensificaba como de costumbre. Cédula en mano, bolsos abiertos y chaquetas fuera del cuerpo eran las condiciones para pasar el primer filtro.

¡Sácame de aquí!

Son las 7:40 p.m. del 17 de febrero. El tráfico está imposible y voy retrasada a cumplir mi cita con Andrea, una estudiante de Administración de Empresas de octavo semestre de una prestigiosa universidad de Cali, a quien en cuestión de 20 horas la vida le dio un giro para siempre.

La culpa fue de mi mamá

La inasistencia a clase el lunes de Pascua tiene una razón, justificada o no, pero tiene una razón. Como estudiantes o mas bien jóvenes, todo tiene trascendencia, la pereza, el frío, el sol, la lluvia, el si, el no, el despertador, el ruido, el MIO, el carro, la tarea, etc. Pero hay una excusa y en mi caso fue una enfermedad.